Se realizó con éxito la instalación de cinco canteros nativos silvestres en el predio de la Junta Vecina Llao Llao

El pasado domingo 29 de Agosto, la Junta Vecinal Llao Llao celebró el “Día del Árbol Nativo” de una manera muy peculiar: con la instalación de los primeros “Canteros Nativos Silvestres” de todo San Carlos de Bariloche.

Esta pionera iniciativa contó con la adhesión de las Reservas Naturales Urbanas (RNUs) Laguna el Trébol y Lago Morenito – Laguna Ezquerra, la Junta Vecinal Laguna El Trébol, la Comisión de Arbolado Público, la Asociación Árbol de Pie y del Ente Autárquico Bosque Llao Llao.

Bellevue Casa de Té donó fondos para la realización de carteles, y la Agencia Edison, hizo el diseño del flyer promocional. Además, el Área de Logística del Escuadrón 34 Bariloche “Cabo 1° Marciano Verón” de Gendarmería Nacional, realizó una importante donación de materiales que permitieron armar un cerco perimetral temporario de protección a uno de los cinco canteros realizados.

En la tarde soleada y por demás cálida, se dieron cita unos 15 vecinos de los barrios Llao Llao y Laguna El trébol , entre chicos y grandes, miembros de la Junta Vecinal Llao Llao, el Referente Técnico Ambiental de las Juntas Vecinales del Oeste, tres miembros de Gendarmería Nacional, y el Subsecretario de Espacio Público de la Municipalidad.

En 5 sectores designados como futuros “Canteros Nativos silvestres”, los participantes primero debieron extraer manualmente las retamas exóticas invasoras que cubrían el terreno, para luego instalar cuidadosamente más de 70 plantas nativas (entre arbustos y árboles) donadas por el Vivero Isla Victoria del Parque Nacional Nahuel Huapi y algunas más aportadas por los vecinos: Arrayán, Chin-chin, Ciprés de la Cordillera, Maitén, Siete Camisas, Radal, Notro, Maqui, Maitencillo, Aljaba o Chilco, Pañil y Calafate. Estas especies formarán los núcleos de restauración ecológica y ambiental que darán seguro refugio a la fauna y flora nativa.

Los “CANTEROS NATIVOS SILVESTRES” son canteros “LIBRES DE CORTE” DE BORDEADORAS, MOTOGUADAÑAS Y CORTADORAS DE CÉSPED, en donde se colocan juntos numerosos ejemplares de variadas especies y tamaños de plantas nativas: árboles, arbustos, hierbas, y enredaderas, de manera tal de conformar una pequeña réplica de un ambiente nativo silvestre.

Todas las plantas nativas del cantero crecen libremente y sin intervención humana, y pronto el sitio adquiere un aspecto “silvestre”, que le da su nombre.

La principal ventaja de los “CANTEROS NATIVOS SILVESTRES”, es que dado que están conformados por especies nativas originarias de la zona, conforman mini ecosistemas totalmente autosustentables y autosuficientes, adaptados perfectamente a los suelos, las condiciones climáticas y al régimen de lluvias locales, y su crecimiento es controlado permanentemente por las innumerables especies animales de herbívoros (invertebrados y vertebrados) que las consumen, y que también ayudan a reproducirlas, como los insectos que polinizan sus flores y las aves y pequeños mamíferos que dispersan sus semillas.

Es por ello que todo espacio poblado por plantas nativas es considerado “de muy bajo mantenimiento” ya que no necesita de riego, ni de podas permanentes, ni del uso de fertilizantes o agroquímicos.
Asimismo estos canteros cumplen otras dos funciones vitales: representan pequeñas muestras de los ambientes silvestres nativos, constituyendo un seguro refugio a la biodiversidad nativa, y son la mejor herramienta para mitigar los efectos del calentamiento global producido por el hombre y el consecuente cambio climático ya que fijan mucho más Carbono que las especies foráneas.

Para cerrar la productiva la jornada se hizo lectura de fragmentos de la poesía “Yo plantaré mi Árbol” de Juan Carlos Chebez, reconocido naturalista y conservacionista, inigualable promotor y defensor de los ambientes silvestres y las especies nativas de Argentina.

Aunque el hacha derrumbe todo el monte,
y quemen la guarida de los pájaros,
y le armen trampas a los tigres viejos,
yo plantaré mi árbol.

Aunque sigan creciendo las represas,
y hasta lo vuelvan maloliente al lago,
y lo envenenen al halcón y al sapo,
yo plantaré mi árbol.

Aunque eliminen todos los baldíos,
y a cada yuyo logren arrancarlo,
y suba el humo y se me tape el cielo,
yo plantaré mi árbol.

Aunque anden encerrando los jilgueros,
y pongan precio al ensueño alado,
y le roben pichones a los loros,
yo plantaré mi árbol.

Aunque me sienta solo, abandonado,
yo seguiré plantando cada árbol,
y floreciendo en versos y canciones,
para que mi hijo crezca convencido,
que hay un futuro alegre, iluminado,
un futuro verde y positivo,
con miles de árboles creciendo en el camino.

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